La carga eléctrica se produce por la fricción de dos materiales aislantes. Al hacer contacto, un objeto pierde electrones y se queda con una carga positiva, mientras que el otro gana los electrones y tiene carga negativa.
Como las cargas necesitan estar equilibradas, en cuanto se produzca un contacto con alguno de los objetos conductores, ocurrirá la descarga.
El aire es un aislante, mientras que el vapor favorece la conducción de electricidad. Cuando el ambiente es húmedo y hay más vapor en el agua, cualquier carga generada en el cuerpo podrá disiparse fácilmente. Por otro lado, el característico aire frío del invierno que contiene menos vapor de agua hará que la carga se acumule y se descargue abruptamente al tocar cualquier objeto conductor.
Además, el frío de esta época nos hace utilizar más capaz de ropa, cuyas fibras producen una fricción inevitable.
¿Cómo evitar los toques por estática?
La solución más simple es caminar adecuadamente, sin arrastrar los pies, para balancear a cada paso la carga generada. Otra forma es cambiar la ropa de lana u otros materiales conductores por prendas de algodón.