Rafael Espinosa │Día Uno │Habitantes y comerciantes de la Calzada Vicente Fox Quezada, entre el Libramiento Norte y Carretera a Chicoasén, frente a la Escuela Normal Rural Mactumatzá, pidieron cese a los enfrentamientos entre estudiantes y policías.

“Ya no podemos vivir en paz. El martes tuve que cerrar mi negocio y salir corriendo con la boca tapada, porque no se aguantaba el olor a gas lacrimógeno”, comentó un comerciante.

En el penúltimo encuentro entre policías y normalistas, “dos menores que sufren asma fueron llevados al hospital, porque estaban ahogándose”, dijo una vecina.

Otro colono de Plan de Ayala, quien guardó el anonimato igual que los demás, recordó que “desde hace cinco años se vienen viviendo enfrentamientos aislados en la zona, sin embargo, últimamente ya son más seguidos”.

“De pronto, estamos tranquilos en la casa cuando ya se escuchan los bombazos otra vez”, señaló otro vecino quien suplicó “al gobierno del estado o al que tenga que ver en este asunto, que atienda a los estudiantes, porque esto ya no es vida”.

Así como “se pierden las comidas contaminadas por el gas, también se han perdido gallinas de patio que se mueren al respirarlo”, indicó otra mujer.

Los proveedores de las tiendas y negocios tampoco quieren acercarse por temor a que sus unidades sean secuestradas.

Por otro lado, revelaron, los policías ya están de planta en el crucero. Hay agentes que llevan dos días sin bañarse y tienen que lavar su ropa en el lugar y tenderlas en los corrales.

Apenas les da tiempo de ir a descansar y bañarse de vez en cuando, ya que hay muchos que son de otros municipios.

En este sentido, los oficiales comentaron que la instrucción es evitar que bloqueen las vías de comunicación, causen destrozos, saqueen tiendas de autoservicio o alguna acción que afecte el derecho de terceros, “por eso cuando los normalistas salen en camiones los tienen que seguir a donde vayan”.

“Cuando lastiman a un normalista la gente se solidariza, pero nadie sabe o dice algo de los heridos en los enfrentamientos”, reflexionó un agente.

Lo más triste del asunto, añadieron, es que el día de mañana puede un normalista o un policía perder la vida o un ojo, porque en el combate, el cual que puede ser prevenido, se usan cohetes, piedras, resorteras y gases lacrimógenos.

Tanto vecinos y comerciantes hacen un llamado a la paz y el cese de los enfrentamientos.

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