Entre el ruido de los comensales de la marisquería se escucha una alegre música de marimba. De pronto, la marimba hace una pausa y el marimbista, un septuagenario de cuerpo delgado y encorvado, se acerca lentamente a cada una de las mesas.
—¿Va usté queré una su pieza? —ofrece con los bolillos en las manos.
—Al ratito —repone un hombre que batalla por encontrar la carne del cangrejo que tiene en su plato.
Don Ángel Ocampo, de 76 años, oriundo del municipio de Acala, se ha dedicado a tocar la marimba la mayor parte de su vida. Ha viajado a otros países y ha formado parte de importantes grupos de marimbistas locales, sin embargo, hoy le ha tocado estar aquí desde hace algunos meses y allá, en un restaurante que vende barbacoa de borrego al norte de la capital, desde hace muchos años.
—¿Va usté queré una su pieza? —repite la frase a otro comensal.
—¿Cuánto la pieza, tío?
—Veinte pesitos o lo que guste cooperar.
El comensal, acompañado de su esposa y sus niños inquietos en la mesa, queda pensativo. Parece decir que no, no obstante, don Ángel se adelanta:
—Ándele, nomás una —dice don Ángel tratando de convencerlo. Dedíquele una pieza a su señora, este es un buen momento. ¡Ándele! Ha estado muy bajo el trabajo con esta pandemia.
—A la vuelta, tío —contesta al fin el comensal.
—Siempre me dicen lo mismo y cuando vengo a ver ya se fueron —dice don Ángel en tono de chanza y un poco desanimado. Esta es una fiesta, patroncito, un momento agradable. Le puedo tocar: Gema, Tres Regalos o algún popurrí. No se quede con las ganas. Ahorita pide usté una pieza, al ratito otro pide otra y así se hace la fiesta.
—Bueno. Toque la de La vida es un carnaval, de Celia Cruz. ¿Se la sabe?
—¡Cómo no, patroncito! —repone don Ángel con el semblante contento.
Don Ángel, quien junto a otro señor toca la marimba, se dirige al fondo del salón, casi arrastrando los pies.
—La de La vida es un carnaval —le dice a su compañero quien presto a la petición, se acomoda las mangas de la camisa y comienza la fiesta.
Así es parte de un día de trabajo de don Ángel, en una marisquería ubicada en la 5ª Oriente y 4ª Norte, en la capital chiapaneca.
Nota: Se quitó el cubreboca para la foto.

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