El grupo de maestros interinos que demandan el pago de su sueldo trabajado, apostados en la entrada principal de Palacio de Gobierno desde el año pasado, irrumpieron en el edificio y comenzaron a gritar consignas de demanda y solución: la guardia de la sede del Ejecutivo se activó y lanzó un gas lacrimógeno al interior, rompiendo el protocolo de actuación.
El caos reinó dentro por un lapso breve, mientras la Policía subía del sótano a primer piso y contenía lo que en principio pareció una toma del inmueble. En la confusión, un elemento lanzó un capsula de lacrimógeno al aire, hacia arriba, y llenó todo el lugar del “dispersante”.
Antes, la guardia que estaba en puerta principal, al ver llegar la oleada de maestros ―el grupo ya es de más de 170 profesores― inicialmente los rociaron con un polvo de extintor, pero sólo provocó que se enardecieran y comenzara el griterío con más intensidad.
Varias mujeres se desmayaron y sus propios compañeros las sacaron cargadas de Palacio de Gobierno por la misma puerta principal. El gas ataca las vías respiratorias, provoca irritación de ojos nariz y garganta; muchas veces provoca el vómito, complica al padeciente de asma, aunque no es letal.
El asesor de la Secretaría de Gobierno, José Juan Ulloa Pérez ―ex diputado local del PRD― acuerpó a los profesores y los sacó del edificio. Garantizó la seguridad de los docentes y todo volvió a la normalidad.
De la reunión ya nada se supo. Volvieron al campamento a pernoctar.
El Gobernador, Rutilio Escandón Cadenas ―al parecer― estaba en esos momentos en el despacho de la gubernatura y tuvo que ser evacuado.