Día Uno │ La Selva Lacandona ha perdido más de una cuarta parte de su belleza natural, a causa de los incendios forestales, la tala inmoderada de aserraderos legales e ilegales, la deforestación, el cambio de uso de suelo y el tráfico de animales.

La también llamada “Desierto de la Soledad” comprende 
más de 957 mil hectáreas, equivalente al 13 por ciento del territorio estatal, la cual ha perdido más de 200 mil hectáreas, de acuerdo con estudios especializados en la materia.

Del 2000 al 2012 cerca de 6 por ciento (142 mil hectáreas) de las pérdidas en cobertura arbórea ocurridas en México, tuvieron lugar en la región de la Selva Lacandona, ha reconocido el director regional de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), Adrián Méndez Barrera.

Oficialmente se tiene un registro de 18 mil hectáreas afectadas por incendios forestales en zonas de amortiguamiento, parques nacionales y áreas naturales protegidas, entre ellas el Cañón del Sumidero, la Selva Lacandona, La Encrucijada, Montes Azules, El Triunfo; aunque extraoficialmente la cifra podría superar las 30 mil.

El indígena maya lacandón e integrante del “Campamento Lacandones”, Víctor Chambor, lamentó que la pérdida que ha sufrido la Selva Lacandona, se debe a la ganadería intensiva, incendios forestales, tala clandestina y la cacería furtiva.

Este desastre ecológico lleva a su paso una gran diversidad de flora y fauna únicas en el país.

Los seres humanos somos los únicos responsables de salvar, detener o exterminar la selva más grande de México.

¿Y las autoridades?