Hoy se cumplen 76 años de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, a cargo de la tropa soviética comandada por Anatoly Shapiro.
Si existen pasajes oscuros de la historia de la Humanidad, uno de ellos es el del campo de concentración en Auschwitz, que fue construido entre 1940 y 1942 en Oswiecim, cerca de lo que era Checoslovaquia.
Auschwitz fue construido por el ejército alemán, como un campo de trabajo para prisioneros polacos, pero se convirtió en un campo de trabajo y exterminio en un recinto de 40 km cuadrados.
La frase de la entrada al campo de Auschwitz dice “Arbeit macht frei” (El trabajo nos hará libres), fueron palabras usadas en la campaña nazi para erradicar a los judíos en Europa.
Se dividía en dos campos de concentración, tenía dos cámaras de gas, cada una tenía capacidad para 1,500 personas por sesión. Auschwitz retuvo a más de 100 mil prisioneros.
Las labores que hacían eran mantener el campo para que fuera autosustentable, además de armas, uniformes, zapatos y de más neceseres para surtir al ejército alemán.
En la entrada del campo de Auschwitz hay una placa en memoria al millón y medio de personas que murieron en ese campo de concentración.
El lugar se ha conservado casi intacto, a 76 años de que lo dejaran los alemanes, como un símbolo de recordatorio para no volver a repetir la historia.