La muerte se guarda en los ataúdes de Daniel Jiménez, ebanista que se dedica a elaborar cajas mortuorias en la ranchería Los Alcanfores, municipio de San Cristóbal de las Casas.
Cada féretro se construye con madera de cedro, pino y huanacaxtle, entre otras. Los precios oscilan desde ocho cientos hasta tres mil 800 pesos.
Las cajas son vendidas principalmente en algunas zonas indígenas y se entregan especialmente a familias vulnerables.