El gobernador Rutilio Escandón Cadenas tiene sobre la ‘baraja política’ una carta de toda su confianza: Ismael Brito Mazariegos es, desde ya, el proyecto sucesorio 2024.

Si Escandón tuviera que tomar una decisión ahora, sería en torno al trabajo, lealtad y posibilidades reales de su hoy Secretario General de Gobierno.

Sabe –como todos– que el trecho es prolongado, pueden pasar muchas cosas y nada en política es real hasta en tanto no es tangible.

La historia indica que esa es la Secretaría “maldita”: que nadie en los últimos sexenios ha “brincado” de encargado de la política interna, a titular del Ejecutivo chiapaneco.

Y casos estrepitosos, derribos espectaculares, fiascos monumentales, hay de sobra.

Sí es un foro inmejorable de exposición y posicionamiento mediático, ofrece como a nadie una radiografía de primera mano del Chiapas actual, convulso e ingobernable y revela a quienes profundizan, como los Secretarios de Gobierno, los por qué de cada situación e invariablemente los pone en la disyuntiva de mantener o romper el ‘status quo’ de cada tema, con tal de avanzar en la agenda, programa o gobierno.

Por lo mismo, es un agujero negro que devora carreras políticas: y por eso es un error que sobre el trajín de la ingobernabilidad, se sustente un probable, efímero y utópico proyecto sucesorio.

Pero es lo que hay, es con lo que abre el mazo de cartas y posibilidades políticas; incluso no considerarlo así, sería inusual por parte del Gobernador: su hombre de todas las confianzas, su segundo al mando, ex coordinador de campaña, leal y atento servidor, es por tanto candidato idóneo en la línea sucesoria que comienza a vislumbrarse en los principios de la 4T.

Eso por un lado, por el otro, están sus capacidades, limitaciones, características personales y, sin duda, sus ambiciones.

No conozco a político {que se precie de serlo} que no quiera ser gobernador. Y a Ismael Brito Mazariegos le tocaron condiciones de “rara excepcionalidad”: sí en algún momento tiene que ser sacrificado [como le sucede a los de mayor confianza, en política, siempre] podría significarle una traición del proyecto que comenzó con Rutilio, pero que añoran muchos, continuar con el de Socoltenango.

Todo ello, sin considerar que el equipo de EscandónBrito no tiene el partido: Morena Chiapas responde a los intereses del tridente Marcelo Toledo CruzCiro Sales RuizJosé Antonio Aguilar Castillejos que ya traen “visualizado” a este último como la ficha que moverán, en su momento, en el tablero sucesorio.

La Cuarta Transformación en Chiapas aspira, desde ahora, a continuar en el siguiente sexenio, pero carece de cuadros políticos brillantes o destacados y a quién consideran “el mejorcito”, lo pusieron en la caldera donde se cocerá a hervores de un sexenio que no pinta fácil y tomarle el pulso 《se ve》 les está costando más de lo habitual.