La buena voluntad y condescendencia del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, con el éxodo de centroamericanos, ha puesto en aprietos la complicada relación binacional entre México y Estados Unidos.

Ante la supuesta “caravana madre”, el vecino país norteamericano presiona al país, de tal modo que el Gobierno Federal prepara un cinturón de contención policial en el istmo de Tehuantepec, lo cual deja vulnerable y en la indefensión el Sur-sureste de México, particularmente a los chiapanecos.

Y es que esta estrategia busca evitar el ingreso al país del crimen organizado o personas con antecedentes penales, con lo que los centroamericanos, entre ellos “infiltrados o prófugos de la justicia”, frenarán su paso rumbo al norte dispersándose en las entidades del sur.

Ofrecer trabajo y dejar la puerta abierta, ha sido una idea abusada o mal interpretada por los inmigrantes desde que López Obrador llegó al poder. Ahora, las caravanas son imparables. Ahora, ha detenido las visas humanitarias para dar lugar a los permisos temporales de visitante y de trabajo.

Donald Trump acusó al gobierno mexicano y sus homólogos de Centroamérica de quedarse de brazos cruzados ante la ola migratoria.

Esta solidaridad con las caravanas ha sido un desatino de la Cuarta Transformación.

por admin