𝗠𝗶𝗴𝘂𝗲𝗹 𝗕𝗮𝗹𝗹𝗶𝗻𝗮𝘀 | 𝘋í𝘢 𝘜𝘯𝘰
Miguel Ángel * (30 años) estaba esperando su combi de la ruta 98, en la parada que está frente a Plaza del Sol, sobre la prolongación de la quinta norte, casi esquina con Libramiento, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; acababa de hacer unas compras y nunca pasó por su mente que un #Pirómano andaba suelto en la ciudad y lo iba a atacar. Eran entre las 7 y media y las ocho de la noche del siempre trágico lunes.
Cuando se le acercó el sujeto con apariencia de #Tragafuegos a pedirle dinero, un tipo moreno, delgado, andrajoso, sucio, joven, no dudó en rechazarlo con un ademán de manos a las bolsas del pantalón como diciendo “no tengo”, el clásico de todos los que, condescendientemente, queremos ayudar, pero realmente no tenemos con qué.
De repente sintió un líquido en cara, cuello y espalda y el olor característico del combustible en la cabeza y en la nuca; en lo que reaccionó, el agresor prendió un fuego y se lo arrojó, probablemente un cerillo, directo a la cara. Se convirtió, en cuestión de segundos, en una llama humana.
Un conductor de combi y un taxista que estaban en el lugar, de inmediato le prestaron auxilio, le quitaron la camisa y lo tranquilizaron. Quienes también esperaban su combi y presenciaron los hechos, dijeron haber visto poco: un tipo se acercó y sin mediar palabras, quemó a Miguel Ángel* solamente porque no le dio una moneda y huyó con rumbo desconocido.
No es la primera vez que el #Piromaniaco ataca, hay registro de dos ocasiones anteriores en esa misma zona, en las afueras de un Oxxo. Metros adelante, sobre los semáforos, hay cámara de videovigilancia, de ahí podrían salir las primeras pistas.
Su hermano platicó con DÍA UNO NOTICIAS y pidió justicia, que no quede impune el caso, que se le aplique la ley al #Piromaniaco para que nadie más vuelva a ser víctima de esta amenaza para la sociedad tuxtleca, que anda suelta, mientras Miguel Ángel* está internado, convaleciente de sus quemaduras.
*A petición de la familia, cambiamos su nombre.