El proceso penal contra el ex gobernador de Puebla, Mario Marín, tiene como origen el libro “Los Demonios del Edén” de la periodista Lydia Cacho, quien reveló en su momento la existencia de una red de pornografía y prostitución infantil que presuntamente recibía protección de él y otros políticos del momento.
Ayer trascendido la noticia que fue capturado en Acapulco, Guerrero, Mario Marín acusado del delito de tortura, pues en 2019 un juez de Quintana Roo, giró una orden de aprehensión contra el quien ya llevaba dos años prófugo. En tanto aún existe la búsqueda del empresario Kamel Nacif y el ex director de la entonces Policía Judicial de Puebla, Hugo Adolfo Karam Beltrán, por tortura contra la periodista Lidya Cacho.
Lydia Cacho fue detenida en 2005 y trasladada de Quintana Roo a Puebla. Al año siguiente, se dieron a conocer audios de conversaciones entre Marín y otro de los señalados de la red de pornografía, Kamel Nacif, en donde el gobernador se apreciaba al servicio del empresario y prometía hacer de la detención de la periodista un ejemplo de que no habría impunidad.
Kamel Nacif, empresario originario de Líbano, conocido como El rey de la mezclilla, promovió un juicio de amparo contra la orden de aprehensión, alegando la existencia de violaciones procesales y la falta de pruebas en su contra; sin embargo, no fue aceptado.
El 10 de julio de 2020, el gobierno de México informó la localización de Kamel Nacif Borge, en Líbano y la Fiscalía General de la República (FGR) solicitó al gobierno de ese país la extradición del empresario que permanece prófugo de la justicia.
Los Demonios del Edén relata la historia de Gabriela, una mujer que 15 años atrás fue abusada sexualmente por el empresario Jean Succar Kuri. Como ella, decenas de niñas y niños fueron abusados y fotografiados para ser exhibidos en una red de pornografía infantil que dirigía el empresario que gozaba de la protección al menos 19 políticos, entre ellos, presuntamente Mario Marín.
En el libro publicado en 2004, la periodista Lydia Cacho revela la red de pornografía infantil y lavado de dinero que operaba en el estado de Quintana Roo, en la que lo mismo había políticos que empresarios internacionales como Succar Kuri, quien además de estar involucrado en el tráfico de menores también fue grabado abusando sexualmente de menores de edad.