Un señor de la colonia Condesa, en Tuxtla Gutiérrez, siempre dejaba estacionada su camioneta al principio de una rampa, porque vacía patinaba en la pendiente. Sin embargo, un día de diciembre del año viejo, alguien llegó a su casa a decirle que su vehículo había sido golpeada por un coche.
A esa hora nomás puso su camisa y salió corriendo.
Efectivamente, el coche ya estaba arriba de la grúa y estaban a punto de subir su camioneta también, no obstante, el señor alegó que su camioneta estaba estacionada. Al fin, logró convencer a los agentes y a los de la grúa para que la dejaran ahí.
Dicen que el conductor del coche responsable huyó, por lo que investigó quién era el dueño y resultó ser un vecino de la colonia. Fue a buscar a un abogado y al responsable del accidente. El abogado hizo lo propio y sin más logró conseguir del inculpado la cantidad de 10 mil pesos, más o menos, y cobró por sus servicios 4 mil 500 pesos, aproximadamente.
El señor sin saber mucho del tema firmó el documento en el cual manifestaba su conformidad y recibió la cantidad mencionada, aunque ahora no sabe si arreglar su camioneta o venderla como chatarra, aunque arreglarla le saldrá muy caro y venderla le darán una bagatela.
Mientras tanto, la camioneta lleva más de diez días en esas condiciones como si se tratara de una pintura de lo que significa vivir en los suburbios de la capital.