El alcalde de Huixtla, José Luis Laparra Calderon mandó a la Policía Municipal, la Policía Sectorial, a las ambulancias de Protección Civil y a todos los funcionarios de su Ayuntamiento a impedir que un grupo de ciudadanos recogiera la basura que el gobierno municipal nunca ha atendido.
Enojado, fuera de quicio, Laparra pidió que el grupo de ciudadanos organizados fueran detenidos en un aparatoso operativo, para no evidenciar que este servicio no lo ofrece su gobierno y quedara exhibido como incapaz e ineficiente.
Huixtla está inundada de basura por todos lados, principalmente en la parte baja, la zona rural, a donde nunca ha pasado el servicio de recolección de basura durante la presente administración municipal y ahora que los ciudadanos se organizaron e iniciaron una brigada casa por casa, Laparra respondió enfurecido con la Policía.
“Ni hace ni deja hacer, no le gusta que le digan que es un inútil, que no sirve para nada, todo lo quiere resolver con violencia, la gente está cansada de un gobierno que no sirve, pero, sobre todo, que no deja que la propia gente de ayude entre sí”, apuntó un voluntario.
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La idea surgió de los seguidores de Carlos Eduardo Salazar Gam, aspirante del PVEM a la Presidencia Municipal, con el único objetivo de ayudar a las familias de la zona baja, que optan por quemar la basura para no seguirla almacenando.
El camión recorría colonias, cantones y ejidos de la zona baja de Huixtla y la reacción de los huixtlecos fue positiva, precisamente porque el municipio nunca les habían dado este servicio público.
Pero Laparra se enojó porque la gente comenzó a reconocer que nunca habían recibido este servicio, tan necesario e indispensable, y que sus impuestos debería de alcanzar para prestarle a la población una atención prioritaria, pero nunca se les ocurrió, hasta que se prendió la chispa y la gente tomó conciencia de las obligaciones que el alcalde Laparra Calderón ha dejado de hacer.